Foto: Mapa de EE.UU con el porcentaje de poblacíón de origen hispano en cada estado.
En el último censo de población realizado en los Estados Unidos, más de cincuenta millones de habitantes se han declarado de origen “hispano”, “latino” o “español” (sinónimos absolutos los tres). Esto parece haber puesto nerviosos a los WASP, a los pata negra de aquel conglomerado de país (no hace falta, pero lo explicito: un judío no es WASP por muy neoyorquino que sea; un católico blanco tampoco, aunque sus ancestros sean seculares en Boston; ni un mormón de Provo con más sangre inglesa que Enrique VIII). Pero el asunto no es reciente, ya viene de antiguo; véase, si no, el polémico libro de Samuel Huntington ¿Quiénes somos?, sobre el peligro de la inmigración mexicana al otro lado del río Grande.
La fijación WASP es ahora lo “hispano”, no lo negro. Los Estados Unidos siguen ocupando una isla que era española, Puerto Rico, donde nadie habla inglés ni se siente estadounidense (a los que desean la incorporación total a USA los llaman “pitiyankis”); siguen aprovechándose del trabajo de millones de mexicanos que malcruzan la frontera, o de centenares de centroamericanos que intentan llegar a los Estados Unidos si en México no los liquidan antes; siguen marginando la lengua española en los Estados que fueron robados a México… Y se sigue discriminando a la población hispanoamericana, por el mero hecho de serlo. Se ha convertido en el “Otro” radical.
Sin embargo, no se hagan ilusiones y no se confundan. Para la mente WASP, los españoles (blancos y europeos) también pertenecemos a esa categoría que ellos consideran tan baja. Resultan patéticos y analfabetos. En primer lugar, por ni siquiera imaginar que un filipino, un español y un ecuatoguineano puedan no tener en común ni lengua materna, ni raza, ni cultura, ni nada de nada. Me resulta chocante e increíble que un oriundo de la isla de Annobón se refiera a sí mismo como “hispano”, o que lo haga una señorita de la filipina ciudad de Zamboanga, o un joven snob de la isla de Guam en el Pacífico, o incluso un saharaui de los de la vieja guardia. Del mismo modo, me resulta postizo que los españoles formemos parte de esa lista, dado que ninguno de nosotros se considera “hispano” ni “latino”, sino europeo.
He ahí otro dato curioso del censo de 2010: la categoría racial es secundaria, es decir, lo prioritario no es que uno sea blanco, negro, rojo o amarillo, como podría pensarse ante las preguntas del censo, sino que uno sea “hispano” o no lo sea. Para el gobierno de los Estados Unidos, la diferencia esencial en la población estadounidense es esa: ¿es usted “hispano” o no? Una vez contestada la pregunta, ya dirá si es blanco, negro, chino o de los paradisíacos mares del Sur, pero lo principal es saber que su lengua familiar no es ni el inglés ni ninguna otra. No hay que ser muy listo: a los estadounidenses, más allá de las razas, les molesta el paulatino predominio del español donde era único el inglés. Y esa es una pista básica.
La batalla que se va a librar en los Estados Unidos no es ni religiosa, ni racial, ni de regiones europeas (irlandeses contra anglos…), sino lingüística. A la vista de los hechos, para los WASP, ya es más genuinamente USA un negro pentecostal de padre kenyata musulmán nacido en Hawaii (adivina adivinanza…), que un mormón blanco de Utah de padres castellanos (el ejemplo es verdadero), por el simple hecho de que el background del segundo es lingüísticamente hispánico; además, este último no será considerado “blanco”, como un francés o un australiano, sino “hispano”. Seguro que ni a B. Hussein Obama se le ocurriría meter a los franceses en el mismo saco que a los congoleños.
Este movimiento de fichas yanqui debería llevar a que los españoles reflexionáramos sobre varias cosas, y, por encima de todo, sobre el papel que hemos de jugar de liderazgo dentro de los países “hispanos”: de Filipinas a Puerto Rico, de México a Guinea Ecuatorial, sin olvidar ni el Sáhara ni los mismos Estados Unidos.
La gran potencia nos dice que nosotros somos el enemigo; muy bien, actuemos como tales. Comámosle terreno al inglés en los territorios que podamos y más daño haga, sin excusas ni vergüenzas, invirtiendo: en Colorado (20,7 % de hispanohablantes), Nevada (26,5 %), Arizona (29,6 %), California y Texas (37,6 %) o Nuevo México (46,3 %), sin olvidar Canadá, Belize, las Antillas holandesas, Filipinas y las islas Marianas, ni Guinea Ecuatorial y la República Árabe Saharaui Democrática. Potenciemos el español como lengua de ruptura donde exista un conflicto. Por otro lado, exijamos al gobierno estadounidense que el español que utilice en sus documentos sea un español correcto, y no un engendro lingüístico que chirría en palabras, giros, usos, etc., procedentes de una falta de dominio del registro culto por parte de los traductores (e incluso de desconocimiento de mínimas nociones gramaticales).
Y, evidentemente, hagamos valer la europeidad y preeminencia de España como origen prístino ante el resto de países de lengua española y ante la xenofobia hacia lo “hispano” por parte de los Estados Unidos.
El destino de España está en Europa, pues su tierra y sus hombres son sangre y alma europeas; sin embargo, su misión universal se encuentra allende los mares, en las tierras fecundadas por el vibrante verbo de Castilla.
Autor: periodistadigital.com
Estoy de acuerdo sobre el comentario por eso no se debe de usar el termino Americano para los ciudadanos de Estado Unidos si no Estado Unidenses de esta manera se libera una de las tecnica opresivas de WASP Tambien WASP discrimina contra los "Blancos" o Annglos y la ignorancia que hay sobre la historia de esta nacion hay personas que no saben que el Espanol fue hablado masivamente y cunado explico sobre la historia que los primeros vaqueros eran Anglos hay un sacudon mental tambien los no Hispanos son victimas de estas tecnical manipuladoras pero la cultura Hispana es muy fuerte por eso a las personas deque tiene raices africanas fueron manipulados sobre su cultura y el genocidio mental que sufren
ResponderEliminarY que los primeros vaqueros eran Espanoles no Anglos pero en los libros de historia no parece esa informacion ni la historia de ciudadanos de origen Africano se ponen a los Anglos como heroes y no hay informacion sobre sus genocidios
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