domingo, 27 de febrero de 2011

El español renace en Las Filipinas

Foto: Portada de uno de los títulos de la colección.

La literatura filipina en lengua española emergió del olvido con una colección de clásicos que jamás había sido reeditada en ese país. «El objetivo es preservar y vindicar el legado de los últimos escritores filipinos que se expresaron en castellano», señaló José Rodríguez, director del Instituto Cervantes de Manila, principal impulsor de la iniciativa junto a la embajada de España.

Los ocho títulos, de notable valor histórico y literario, fueron escritos en las primeras décadas del siglo XX durante la ocupación estadounidense, período en el que surgieron algunas de las obras más valiosas de este tipo.

La Biblioteca Clásicos Hispanofilipinos, que verá la luz este año y el próximo, será difundida en el archipiélago , aunque los responsables del proyecto calculan que el 80 por ciento llegará a universidades de España, Latinoamérica y Estados Unidos.

Para inaugurar el programa, se escogieron Cuentos de Juana, de Adelina Gurrea (1896-1971), y Pájaros de Fuego de Jesús Balmori (1887-1948).

Beatriz Álvarez, editora del volumen Cuentos de Juana, señaló que el compendio de narraciones cortas destaca por el buen manejo del lenguaje y del juego literario.

Según Álvarez, se puede decir que es una novela de relatos, porque tiene una estructura; en todos los cuentos se teje una red sobre la relación entre las personas de origen español, que son las propietarias de la tierra, y las de origen humilde.

Gurrea es una poetisa y periodista que muy pocos nacionales conocen, laureada con el premio del Círculo Internacional de la Unión Latina en 1951 en España.

El segundo volumen, Pájaros de Fuego, de Balmori, es una novela que descubre una historia apasionante y tiene como telón de fondo la resistencia filipina durante la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial.

El autor escondía los manuscritos de cada capítulo en frascos y los enterraba en el jardín a la espera de que amanecieran tiempos mejores y por temor a las posibles represalias de los ocupantes si descubrían su obra.

Cuando terminó la guerra, el escritor vendió su novela al gobierno, y ésta quedó oculta durante décadas en un archivo hasta que reapareció hace muy poco.

Para los especialistas, la existencia de estos autores demuestra que el español sigue siendo un puntal imprescindible en la configuración lingüística de la nación asiática.

El fin de la colonización española en 1898 no terminó con la literatura en el idioma, todo lo contrario, el autor más leído y reconocido es el revolucionario y líder de la lucha por la independencia, José Rizal.

Al igual que los revolucionarios y nacionalistas del siglo XIX, Rizal escribió la mayoría de sus obras en español, lo cual enfureció a las órdenes religiosas de las islas, que no cejaron hasta que las autoridades españolas lo aprehendieran y ejecutaran. La producción de José Rizal constituye un alegato contra los abusos y defectos de la administración colonial, en particular, del poder conferido por España a las órdenes religiosas, que de acuerdo con la visión del escritor, se mostraban obscurantistas y opresoras.

La Revolución Filipina se articuló en idioma español, y la Primera República, fundada en 1899, eligió ese como el idioma oficial.

La propia Constitución de Malolos, el himno nacional, las proclamas, y decretos gubernamentales también fueron escritos en la lengua de Cervantes, a eso se suma un importante corpus de interés histórico, lingüístico y literario.

Autor: prensa-latina.cu

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